Muchos me dirán —de hecho ya lo hicieron— que no creen que necesitaran la em para descubrirse a ellos mismos, o saber enfrentarse a las cosas, o conocer cómo responderían a las diferentes complicaciones que la vida nos presenta a todos; enfermos o no.
¿Sabéis cuál es mi respuesta a eso?: Estamos en una tormenta, debemos hallar la paz bajo los vientos.
Por experiencia propia al estar dentro del ámbito sanitario, sé que no todo el mundo es capaz de hacerlo; las enfermedades no nos definen, es nuestra manera de ser, nuestras circunstancias o las experiencias que llevamos a las espaldas las que lo hacen.
Dicen que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta pero... ¿acaso no es más divertido en ocasiones intentar atajar de un punto a otro?
Los que me conocéis bien sabéis que seguir la corriente no va conmigo, no por nada en especial, sino porque de pequeña parecía no haber otra opción válida para enfrentarse con el día a día. Aún ahora, mi padre me mira sorprendido al ver el vicio que he cogido de llevar la contraria; ¿la contraria? No lo creo, simplemente es mi opinión. Primero empezó con el fútbol, luego con la política y ahora con... sí, para qué negarlo: la vida en general. Es aburrido ser normal, seguir el camino trazado por alguien que ni siquiera sé quién es e incluso dejarme llevar por lo estipulado como malo o bueno.
¿Es todo esto la asertividad? No sé si es el término más adecuado, si es solo una manera cool, interesante o la que realmente es para levantarse cada mañana y pensar: no me importa lo que digan los demás, solo escucharé, si es que es alguien digno de atención —tampoco confundamos términos— y luego decidiré lo que me dé la gana. Ya sabemos que el consejos vendo que para mí no tengo, es otro de los deportes nacionales..., ¡¡y luego se critica que el fútbol sea lo más extendido!!
Sí, el que expone se expone y exponerse tiene sus riegos pero... ¿qué es una vida sin riesgos? La em no puede privarnos de atrevernos, arriesgarnos y por supuesto equivocarnos. Quien no se equivoca no aprende, no descubre muchas de las cosas que en esa línea recta no se no se enseñan. Una vez oí que nos encontraremos en el infierno para rendir cuentas; ¿por qué en el infierno? ¿Os acordáis de aquella frase de las niñas buenas van al cielo y las malas a todas partes? No creo que todas partes sea el infierno; igual el infierno de otros es mi cielo y viceversa...
¿Dónde deja todo esto a la em?
Sin duda donde debe estar... en un lugar secundario porque... ¿que hay de todo lo que —al menos a mí— nos permite ver la enfermedad? Sin ir más lejos, en una semana podré conocer a algunos de mis #EMFighters en la carrera a favor de la esclerosis múltiple; a mi ángel tengo la suerte de tenerlo a pocos kilómetros y poder levantarnos el uno a otro; cada brote me muestra una lección que muchos no pueden ni imaginar... En definitiva, ¿para qué ver la parte negativa —que como todo en esta vida lo tiene— y dejar a un lado lo positivo que supone aprender cada día algo nuevo de nosotros mismos?
La vida no es que pueda ser maravillosa, es que debe serlo y en nuestra mano está que lo sea.
Cada persona tiene su esclerosis particular, con nombres diferentes, más o menos duras, pero no caigamos en el error de que la vida sin enfermedades es perfecta. Yo misma antes del diagnóstico pensaba tener muchíiiiiiiiiisimos problemas de los que ahora solo me puedo reír.
Creo que ser «escleroasertivo» es un manera fantástica de enfrentarse tanto a la enfermedad como a la vida misma.
Tener la propia opinión diferente a los demás no significa ser diferente al resto. Todo lo contrario indica tu fortaleza mental. Las enfermedades no deben justificar nuestra forma de ser ni nuestros actos.
ResponderEliminarLas enfermedades no nos justifican, solo nos forjan y nos ayudan en ocasiones a saber quiénes somos. Solo nosotros podemos justificar el porqué hacemos las cosas que hacemos.
EliminarComo siempre genial!!!!! Pienso que la línea recta no siempre es la más corta. Siempre hay opciones. Hay que arriesgarse. Un besote!!😘😘😘
ResponderEliminarEso mismo pienso yo, princesa. ¿Quién dice que hay que ir en línea recta...? ¿Y si nos gustan las curvas? ;p
EliminarMuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak
Eres un espíritu muuuy inquieto; eso a mi me gusta mucho, te hace tener un punto de genialidad cuando escribes que me encanta.
ResponderEliminarPero no puedo evitar sentir un puntito de pena, los espíritus así de inquietos suelen ser muy sensitivos y no les es fácil ser felices; y a mi no me gusta (bueno, si me gusta pq escribes bien, pero me inquieta) leerte cuando estás deprimida/de bajón/menos optimista.
A por la vida, a por lo que (y quienes) te importa a ti, a ser escleroasertiva!!
Un abrazo, Cleo
No has podido definirme mejor, Cleo, sensitiva hasta puntos que duelen y hacen que sea más difícil el ser feliz.
ResponderEliminarGracias,princesa 😘😘😘
Efectivamente... Qué pasa si nos gustan las curvas?? Además.. en el caso de que queramos el camino recto... cada uno se lo dibuja del color que quiere verdad Angie?! ����
ResponderEliminarY en cuanto a #escleroasertiva... creo que siempre es una oportunidad para afianzar nuestra personalidad y ser más reales. ��
Vaya quedada que vamos a organizar en la carrera princess!! ������
Espero que algún día pueda aplicar esa asertividad tanto como necesito 😘😘😘
ResponderEliminarNos vemos en nada, princesa!!!
Podemos escribir cosas bonitas, esperanzadoras, optimistas, etc etc etc. La cuestión es que detrás de todo el maquillaje que le hagamos, está enfermedad es una mierda. Hace 16 años que llevo a mis espaldas una EMPP (Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva) que me viene deteriorando día a día a pesar de no haber bajado los brazos y adherir a muchas formas de tratar de frenar o retrasar el avance. Y la frescura que he perdido, alegría, posibilidad de caminar, bailar, saltar,de ser independiente y no depender de un andador, silla, o alguien que me asista, no puedo reemplazarlo con una actitud histérica de superado vengador de todo lo que he perdido. Solamente les quería compartir mi sentir. Adelante los que pueden poner otra actitud a estas cosas.
ResponderEliminarDe acuerdo con que es una mierda, ¿qué enfermedad degenerativa no lo es? Pero ni la mierda más —y perdón por la expresión— merece que perdamos la sonrisa. Muchísimo ánimo y toda mi fuerza desde aquì.
ResponderEliminar