« Parcherótico»


¡Ay, viciosillos, que más de uno ya está pensando mal! Tampoco os lo echo en cara siendo a mí a la que se le ocurren los juegos de palabras.
Como os dije en mi último post, quedaba pendiente el maravilloso mundo de la alimentación, el intestino y el efecto de este en nuestro sistema inmune.
¿Empezamos? ..... Pues al lío.
Que si el Omega-3 es buenísimo porque son ácidos grasos esenciales; que si la carne de cerdo es una carne blanca saludable para una dieta equilibrada; que si los cereales son el mejor desayuno a cualquier edad y que si blablabla...
¿A cuántos de vosotros de pequeños os "obligaban" a desayunar un gran vaso de leche porque teníais que crecer fuertes y el calcio era lo más sano para eso. Nuestras abuelas y las abuelas de sus abuelas ya lo sabían y sus hijos eran fuertes como robles para el trabajo del campo y la dureza de aquella época; no tenían las redes sociales para desahogarse. Pero... ¿es lógico ser el único mamífero que tras ser destetado se alimenta de una leche que no proviene de su madre? Pues ya os contesto yo: NO. Nuestro intestino, nuestro sistema inmunológico y cualquier cosa que se os ocurre... no es el de la vaca; cuya leche es para el ternero. Nuestra leche debe tener un origen vegetal; la tierra es el concepto de madre que se ha perdido con el paso de los siglos llevándonos a la involución. Aquí comienzan unos pilares alimentarios inestables que se van resquebrajando. Como se puede leer en Equilibrio del sistema inmune a través de la alimentación de Itziar González de Arriba: « Dicen los últimos datos científicos que en 2050 un 50% de la población sufrirá problemas de alergias, dermatitis y cáncer. ¿Por qué? Cada vez el avance en medicina es mayor y cada vez la esperanza de vida aumenta, pero cada vez estamos más enfermos».
Insisto; involución.
Que el Omega-3 sea bueno, y más para la esclerosis múltiple y demás enfermedades autoinmunes (lo que me trae a la cabeza aquella doctora que me insistía que la em no proviene del sistema inmune ni cómo es mi cuerpo el que me ataca; eso de perro no come perro debía ser un mantra para ella), está muy claro, pero no dejan de ser grasas y cuando tu intestino ya comienza a dar signos de necesitar una desintoxicación: náuseas habituales, mala tolerancia a alimentos, necesidad en exceso de All-Bran, dolores de cabeza, estado anímico y alteraciones de sueño entre otros aspectos... es necesario acudir a una nutricionista que sepa de que habláis y la expresión en su cara no sea la del 80% de los neurólogos (mis disculpas si hay alguno por ahí).
No me centraré mucho en cereales; todos los hemos comido y si ya están impregnados de ColaCao o Nesquik (otro debate, igual más interesante que el de hoy...), mejor que mejor pero... ¿qué hay de la quinoa, amaranto, mijo, chia, lino y muchos más? Las semillas y los cereales nos ayudan a no solo tener energía por la mañana, sino que nuestro sistema digestivo comience el día feliz y agradecido.
¿Dulces? Ya sabemos todos lo poco agradecidos que son en general para nuestro cuerpo (enfermo o no), pero es aquí donde la sociedad y esos pilares alimentarios cada vez más resquebrajados, y aún así hoy en día defendidos, nos empujan a la batalla de la normalidad
« ¡Cómo no vas a tomar postre...!».
« ¡Cómo no vas a tomar café...!».
« ¡Cómo no vas a comer turrón...!»
« Un día es un día...»; aquí me pararé un momento. ¿Que un día es un día...? Y la suma de estos, ¿cuántos son a la semana, el mes o en vida?
Cuando cae una ficha... las demás van detrás.





He dejado fuera miles de aspectos como los fritos, la carne a la barbacoa y su color quemadito, el beneficio de los limones a pesar de las críticas (por su acidez) por parte de algunos médicos, los mejores frutos secos y el amplio y complicado mundo del trigo.
Un nuevo mundo se abre frente a nosotros, cada vez con más evidencia científica pero sin ser rentable para la educación de esta sociedad y sus mensajes subliminales: en el súper para llegar a lo sano debes atravesar todos los chocolates, galletas, bombones, chucherías y bizcochos del mercado; esos anuncios de la televisión en el que el chocolate se derrite y es imposible no salivar; en la radio sea cual sea el dial; en el trabajo (maravillosas cenas sanas de Navidad que tenemos por delante —entiéndase la ironía—) y muchos ejemplos más que se os vendrán a la cabeza.

Lo diferente a lo establecido no está bien visto, alejarte de la corriente —aunque sea por obligación—, ir de sano por la vida, que tus negativas sean cada vez más firmes cuando en un pasado era débiles, es un trabajo duro que supone mucho esfuerzo, alejarse de gente que empuja a seguir en el camino intoxicado mientras tú intentas ponerlo todo del revés porque a veces es la mejor manera de cambiar la perspectiva pero ¿sabéis qué? Merece la pena, ¡vaya si la merece! Al final (o en el momento que sea) del camino, cuando aparezcan los problemas derivados de todo esto, ninguno de aquellos que te empujaron a la corriente estará para ayudarte; insisto: ninguno. Dejemos de ponerle parches a todo y vayamos al origen.

Llega el momento de ser fuertes, querernos por encima de todo y de todos, pensar en un futuro que quizá no es tan lejano y dejar a todos aquellos que se vanaglorian de poseer la verdad absoluta... de que ese absolutismo llega a su fin.

6 comentarios:

  1. No dejes de ser Tú bella porque TÚ LO VALES.

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  2. Gracias, princesa, porque aunque todos no puedan verlo y parezca pasar desapercibida, quienes me veis merecéis mis post y mi apoyo incondicional.
    Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak

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  3. Quien no quiere ver la fuerza y el carisma que tiene es porque es ciego y no merece tu atención.
    Los demás te vemos...lo magnífica que eres. No lo olvides, TE MERECES LO MEJOR.
    Besos

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    1. Exacto; son las situaciones que más fuerte te hacen y más te enseñan :)))
      Graciaaaaaaaaaaaaas

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  4. La comida siempre ha sido mi perdición, solo hay que verme aunque las analíticas son perfectas. En los últimos años en mi trabajo en un hipermercado he visto aparecer multitud de productos la mar de chorras y como el mundo de los lácteos se ha transformado en un auténtico manicomio. Las únicas secciones válidas de estos sitios son las de productos frescos aunque hay que ir con una buena lupa a comprar.

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    1. La mía también, comía cualquier cosa, dejaba de lado lo que me decía mi cuerpo y así ha pasado. Todo llega de alguna u otra manera. Por suerte ahora estoy en buenas manos y mi desintoxicacíón va mejor; a ver si en navidades me porto bien jeje
      ¡qué mala droga son las grasas y el dulce! Jeje
      Ese manual que nadie nos enseñó para ir a la compra...

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