¿Os apuntáis?

¿Os acordáis cuando de pequeños soplábais un diente de león y eráis felices solo viendo cómo volaban sus hojas, diferentes al resto, bancas e incluso a veces transparentes? Pues así deberían ser nuestros problemas...

Un 2017 como año malo, malísimo, espantoso... y solo estamos a casi junio. ¿Recordáis con nitidez, o cierta claridad, al menos, enero, febrero, marzo...? Yo no y gracias a Dios. Siempre pensé que la afectación cognitiva de la em era un gran problema pero... ¿para qué recordar lo que te impide mirar hacia delante con una sonrisa? Pensaba que la muerte de mi suegra  llegaba en el peor momento; una posible recuperación que te pudiera ayudar a dejar atrás hospital, tratamientos, pinchazos y por qué no decirlo, pañales, te hacen creer que no es el mejor momento. Si es que hay alguno bueno; que no lo hay, pero seguro que sí habrá algunos mejores que otros. ¿Por qué no mirar hacia atrás y ver solo la parte positiva? Durante estos meses conocí a un auxiliar, que siempre me sonreía a pesar de mis cambios de ánimo por no ver el final del tedioso camino. Pero... ¿y mi pareja? Ahí ha estado, ha seguido estando a pesar del final del camino, conocido al menos para los morales, para su madre y no dudo de que seguirá ahí. Al pie del cañón. Porque sí, soy un cañón —se nota que no tengo abuela, pero sí con una em que me permite agasajarme sin necesidad de postureos ni frases hechas—. Casi seis meses en los que mi amiga de cabecera, esa que nunca se separa de ti, ni quiere hacerlo, que te mira atenta y te reta a cada minuto del  día, pero... ¿qué hace que podamos darle la espalda? 

Sonreír...

Actitud positiva...

Esperanza...

Saber quién permanece porque así lo quiere...

Dejar atrás a quién no suma...

¿Cuántas  cosas no? Pues nos quedamos con una, la más importante, actitud positiva, esa que se irradia sin nosotros saberlo y quien de verdad está lo siente, se alegra, sonríe y se contagia de nuestro positivismo. ¡Vaya! Y eso que es lunes... pues sí, me levanté positiva, porque demasiado tiempo llorando en silencio y por dentro. Ya quiero ser mi propio rayito de sol que aparece a través de las nubes. De pequeño o mayor tamaño, su intensidad llega si la dejamos y yo... creo que por fin estoy preparada para dejarla pasar. ¿Acaso no solo yo, sino mi pareja y los que me quieren merecen también ver en mi cara una sonrisa? Sí, lo sé, muchos solo verán lo que quieren pero solo importa que lo que yo quiera sea sincero, ¿no? Pues ala.... ¡qué mejor que un lunes para empezar! Para recibir a una nueva semana con una gran sonrisa y no dejar que esta se desdibuje por terceros, malas noticias o actitudes negativas.

Recibí esta taza justo mi primer día sola en casa, @mpenae_2 @josearcos91 @xikitin82 y @ChityOrta Un desayuno digno de una bienvenida, de una sonrisa y de pensar que de verdad todo puede y debe salir bien. ¿Por qué no?

Así que ya sabéis, sonreír es el mejor medicamento para cualquier enfermedad, porque todas tienen un pilar indiscutible en nuestro ánimo y nosotros... solo nosotros, podemos alimentarlo, despacito, de manera gratuita y eficaz... ¿por qué no hacerlo entonces, o al menos intentarlo?

Ya sabéis, nuevo objetivo —sino no lo teníamos ya— ese de sonreír cada mañana. Cada nuevo día puede ofrecernos alguna nueva noticia. La desaparición de algún síntoma. Incluso el poder hacer algo que antes no podíamos. Luchar es nuestra mejor característica y nada puede ni debe, hacernos dudar de ello.

¿Os apuntáis a ser felices..?