Menos gritos milagritos...

 

Y sí, nada nuevo para los #neuroatípicos de mi época, pero sí, alto y claro, MENOS GRITOS MILAGRITOS. 

Nos llevamos la señal de prohibido y la adaptamos a nuestras circunstancias, a ser posible con una sonrisa.

 @UnadecadaMil habló sobre la ansiedad. Esa que en el tribunal de la discapacidad me dijeron, ¡quién no la tiene hoy en día!, lo que se puede traducir en conversaciones con la abuela como el cambio del tiempo nos afecta a todos. Dejando a un lado, claro, la diferencia entre los 70 y los 30 que para nada es relevante ( momento de arquear cejas, dejar ojos en blanco, bufar o todo a la vez...). Perdonar que me ría, pero no es de ella, sino con ella. Esa abuela que nunca entenderá que pasa o deja de pasar por nuestras neuronas y no solo ella, sino muchos #neuroatípicos que no quieren llegar a comprender las circunstancias de cada uno. No solo de la enfermedad sino de todo lo que nos rodea. Familiares, amigos o supuestos amigos, compañeros de trabajo, de autobús o de cualquier momento que se comparta. De que si no paras tú, quizá lo haga ella. (Recordad el QUIZÁ).

¿Ansiedad? ¿Depresión? Ambas en el borde de la nada a punto de convertirse en nada, especialmente si los ojos que miran solo ven lo superficial y de nuevo lo importante queda invisible a los ojos. 

¿Que son necesarias? Para mí, sin duda, porque si no te caes no te puedes levantar. Crees que sí, pero no. 

Situaciones que definen como flojera, vaguería o falta de ganas. Pues mira, va a ser que no. ¿Quién tiene derecho para opinar acerca de mi vida sino se levanta (o deja de hacerlo con mis fuerzas desvalidas)? ¿Quién tiene la prepotencia de colocarse la medallita no solo de poder con todo, sino de criticar al que parece no poder? ¿Quién? Ya oí hace mucho las respuestas en mi entorno más cercano, unas pastillas para dormir, una tila y arreglado. (Y me vuelvo a reír, ahora con una gran carcajada tras haber, o haber creído, superar esas situaciones). ¿Y si una noche de insomnio llamo a las tres de la mañana para ver cómo están? Si dicen que están para ayudar pero esas horas no son las adecuadas, que me pasen por mail un esquema detallado de cuándo puedo solicitar ayuda.

La última vez, ocho de la mañana un familiar no me podía ayudar porque estaba trabajando, otro estaba de vacaciones y al final quien acudió al rescate fue Cabify y un cóctel de pastillas que aún creo me mantienen drogada. (Recordad no automedicaros).

A la ansiedad y depresión le uniremos el insomnio. ¿Algo más? Ah, sí, las visitas en septiembre cuando acabara el verano que en octubre, seguían sin encontrar un hueco en la ocupada agenda. ¿Pero no era fácil encontrar un hueco cuando te importaba? Ah, no, eso era cuando se está hospitalizado y de cara a los demás quedan fenomenal las visitas. ya, ya...

En fin, antes de regodearnos en nuestras mierdas, nuestros problemas que no parecen tener fin y los que nos creamos nosotros mismos... No hay mejor desprecio que no hacer aprecio, así que... ¡¡A vivir como queramos y con quien queramos sin necesidad de dar explicaciones!! Que son tres días y vamos por el segundo como podemos...

Lo mejor, eliminar las relaciones toxicas; lo más difícil, hacerlo.

Mientras tanto, meditar, hacer yoga, ejercicio adaptado a nuestro estado y sonreír son una buena droga sin prescripción médica, solo anímica.

VIVIR como única opción. 

VIVIR.

VIVIR.

VIVIR.

(Y sin gritos, milagritos ;p)

PD: no ofenderse que es solo un post.