Travesía en el silencio


 

Así definiría mi estado anímico en Febrero, no en este en concreto... sino en todos y cada uno de ellos desde el brote que me jubiló. No hay manera más sencilla que a través de una imagen; la soledad, el frío, la incomprensión de este paraje que parece el mismo que hay en cualquier ciudad, aún rodeada de gente en lugar de rodeada de nieve y ventisca.


No importa lo que me digan otros pacientes que tienen la misma enfermedad, las mil caras de la #esclerosismúltiple dejan claro que a pesar de la manida frase, de no saber por lo que pasas hasta que te pones los zapatos de otros, cada uno tiene diferentes zapatos, diferentes #travesías , circunstancias, y todas esas cosas que ya sabéis. En mi caso, el #ruido me afecta especialmente en estos  últimos años ante la cara de desconcierto que veo cuando lo expreso. Sí, ya sé que por suerte o desgracia vivimos en comunidad, donde cada vecino es de su padre y de su madre. Mi paciencia tiene un límite cada vez menor: aguanto menos, focalizo menos, y me encierro cada vez más en mí misma. Sí, hace años pedía a gritos silencio, soledad... Ya sabéis lo que dicen : Cuidado con lo que deseas, puede hacerse realidad. ¡¡Y menuda realidad!! ¿¡Por qué no puedo vivir en una cabaña alejada del mundo pero con cercanía a mi neuróloga!? ¿Demasiado pedir? Sí, supongo que sí, no hace falta que me respondáis, ya lo hago yo solita..., ¿no es de eso de lo que intento escribir?

No se puede decir eso de "Mi vida (enfermedad) es muy complicada", porque debajo de las piedras salen cientos y cientos de personas que tienen opinión y solución a tus problemas (nunca a los suyos), pero claro, entre ellas no está nunca tomar un café o ir a dar un paseo. Por suerte, mi pareja tiene la paciencia de un santo conviviendo con cada una de mis rarezas exacerbadas  por la enfermedad. Sí, igual ya antes de la enfermedad tenía mis cosas... ¿pero quién no las tiene? Ahora es cuando se dice aquello de quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y las tirarán pensando, "total, nadie puede demostrar mis pecados", o "yo nunca me equivoco ni cometo pecados", que de todo hay en la viña del Señor.

La travesía del silencio, del desierto, de la enfermedad o de lo que quiera que sea, es transitada por todos aunque muchos no sean capaces de reconocerlo en alto, ni en silencio,  dada la redundancia. Ayer vi un capítulo muy bueno de una serie en la que se exploraba la vida de una chica con trastorno bipolar . Cuánto cinismo, hipocresía y falsedad hay alrededor de las enfermedades mentales, sea cuál sea su nombre. ¿Os imagináis si nos reunimos todos la jaula de grillos que se formaría? Imposible no dibujar una sonrisa ante la imagen que se presenta en mi cabeza. Igual hubiera sido un mejor título para este post, ¿creéis que lo hubiera sido? 😏

Es interesante acabar un post que empezó con tristeza y soledad, con una sonrisa y buen ánimo. Buena manera esta de ahorrar en psicólogos, neuropsicólogos o cualquier sanitario al que hay que pagar porque el resto de la gente no entiende (del todo), lo  que es  escuchar problemas a los que difícilmente se tiene respuesta. 

Espero que hayáis disfrutado tanto como yo de este ratito.... 
P.D: Espero vuestra respuesta, ¿eh? 😝
 










2 comentarios:

  1. Hacemos un café cuando quieras, aunque quizás será virtual por la distancia, pero... será! 🤗

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