Encadenada

 




Esposada a cadenas, de las de hierro fundido de la Edad Media —o antes—, que utilizaban para los esclavos, me siento en esta época más que en cualquier otra si eso es posible. ¿Somos esclavos de alguien o algo? Yo lo tengo muy claro, y en mi caso particular, la #esclerosismúltiple no es la peor condena. Ojala lo fuera, porque de ser así habría tratamientos, asociaciones donde compartir inquietudes..., ¡pero no! Mi peor condena y sin lugar a dudas, peor cadena son los vecinos.




Quizá, y solo quizá porque nunca tendré la oportunidad de experimentarlo, una casa perdida en el monte, o en un pueblo desconocido, sería una gran manera de experimentar la soledad, ¿y quién sabe? Igual hasta la calma, de no aguantar lo que no debería, sería la mejor medicina. Dicen que el estrés es uno de los peores desencadenantes de brotes en mi enfermedad, y seguro que incluso sin enfermedad alguna. Dicen que hablando se entiende la gente, pero cuidado con decir que algunos comportamientos —faltos de cualquier educación conocida— empeoran tu salud. Una falta de la misma, en la que una enfermedad, de la que no tienen ni pajolera idea de qué se trata ni ganas de preguntarlo, tiene como respuesta un para lo que necesites pero callando el mientras me apetezca... Todo es postureo y exceso de falsedad que les ha debido servir toda su vida y en un futuro no muy lejano les tocará a sus vástagos enfrentarse al mundo real donde encontrarán gente que se les enfrentará de manera muy diferente a la mía y tendrán que asumir algo que en la infancia no sufrieron ni aprendieron a cómo hacerlo.

Aún puedo recordar la educación de mis padres, los cachetes en el culo y castigos cuando cerraba la puerta de casa sin importarme el ruido que podía provocar, y por tanto, las molestias que eso generarían en personas mayores o enfermas, o simplemente con problemas. ¿Enfermas? Eso pocas veces importa si no es a un familiar querido y a veces ni eso.  A muchos, y digo muchos, les parece que exagero mi hipersensibilidad al ruido, mi condición de PAS y miles de afectaciones unidas a mi #neuroatipicidad. Sé, que con la vista puesta en mi niñez y juventud, muchos familiares comentaban lo sensible, blandita, vaga etc etc etc desconociendo que en realidad solo me trataba de una Persona Altamente Sensible (PAS). Algunos lo definen como una virtud, que en mi caso lo fue para todos los pacientes que pasaron por mi camilla en mi vida laboral, a veces considerada por mí misma como un sueño que en realidad nunca ocurrió, pero que sin embargo se volvió contra mí y aún ahora —muchos años después— cuesta que no me afecte, porque ya sabéis que el infierno está lleno de buenas intenciones, y de ser así en realidad, yo estaré allí sin compañía de los que utilizan el postureo para todo, porque como decía mi abuela: A los malos hasta Dios los teme.

En mi infancia me devanaba los sesos para entender esa frase, pero con los años se convirtió en una afirmación aplastante, ¿pensáis igual? Más de una década escuchando, empatizando e incluso ayudando cuando no debía a mis pacientes. Nada de eso volvió, de ninguna de las maneras imaginables así que ufff... solo me apetece olvidar. Olvidar la energía perdida, la ayuda, la comprensión y en especial el tiempo. ¿Podría haber utilizado este en tomar otro camino que me sirviera de algo más? Nunca lo sabré, así que para qué pensarlo. Solo debo, o más bien tengo, que aplicar lo estudiado en mi carrera y el tiempo tras la hospitalización de cinco meses en mí. Sin pensar que es egoísmo, nada bueno podrá llegar si no soy yo la primera que aplico todo lo que os comento en cada post a mí misma. 

Alejarme de todo lo que me daña mientras me acerco a lo que funciona.

CONECTAR CON MI VIDA SOCIAL (esto va ser lo más difícil cuando todos me abandonaron).
DAR SENTIDO A MI SUFRIMIENTO (evitando intentar entender la falta de empatía  de externos por mucho que afecte a mi salud, siempre habrá drogas ¿no?).

NAVIDAD, como en los cuatro años que llevo aquí y para lo que me engañaron sin el más mínimo pudor, sigue sin celebrarse como me gustaría, pero al menos creo que Dios sabe el porqué estoy en esta situación... Así que al menos, solo desearos a vosotros que paséis estos días de la mejor manera posible. No quiero que este post deje un regusto negativo, hay personas en situaciones mucho peores a las que envío mis mejores deseos aunque el mal de muchos sea consuelo de tontos. No me considero, ni mucho menos a vosotros, tontos... pero ya sabéis a qué me refiero.

(Perdonar de antemano la locura de tamaños y mi incapacidad para llevarme bien con el ordenador).












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