¿Cuántas veces nos miramos en el espejo y nuestra mirada se convierte en un profundo y alargado agujero negro del que no parece posible escapar?
¿Cuántas veces hemos desafiado a la ciencia dejándolo atrás?
.............................................. ¿Cuántas veces nos hemos EMcontrado? ..............................................
¿Y si una ilustración tan bonita como la de la cabecera fuera una copia de nuestro reflejo en el espejo?
« ¡Qué peinado más bonito!»
« ¡Qué perfil tan expresivo junto al movimiento de las ondas del cabello!»
Estas podrían ser solo algunas de las reflexiones si nos paramos un par de minutos a interpretar lo que nos dice a cada uno pero... ¿y si en realidad nuestro reflejo fuera lo que nosotros quisiéramos ver? Para gustos colores, y el día que más cansada te ves (quizá no por el sentido de la vista, sino porque solo tú sabes que no has dormido ni cuatro horas bien —no olvidamos que los demás únicamente saben lo que nosotros les dejamos saber—), llega esa persona que te dice « me gusta el brillo que tienes hoy» o « ¡qué bien te queda esa camisa!». Por supuesto dejamos a los simpáticos de la clase que lo saben todo y te lo repiten aunque solo sea para creérselo ellos mismos, que te dicen: « ¡Uy qué mala cara!». Al menos en ese momenton sabes que las marcas del cansancio son pasajeras y tienen la posibilidad de desaparecer, o al menos disminuir, pero la media neurona —¿ media es demasiado...? Es que un cuarto de ella me parece incluso más falta de respeto que su comentario...—, que se encuentra perdida entre ceja y ceja no va a reproducirse lo suficiente para llegar a los dos dedos de frente (hay que fijarse bien en los dedos... —de la frente claro—) que tienen las personas con las que nos relacionamos) que son necesarios para mantener una conversación o dar media vuelta. Mucho he hablado estos días de dar portazos —igual dar carpetazos nos sale más barato— y es difícil, pero tan gratificante que al final se convierte en una droga.
En este último brote, más bien pseudo, a mi montaña rusa le construyeron más picos ( los que hayáis ido al Parque de Atracciones de Madrid (el de siempre, nada de Warner, que una tiene ya una edad para haber vivido más en el de la Casa de campo) os acordareis de Los 7 picos.... ¡¡qué buenos recuerdos!!; siete como mínimo han sido mis picos en este último mes. Sé que much@s prefieren no hablar ni hacer públicos sus malos momentos; yo ni tengo problema en hacerlo ni me parece algo de lo que aergonzarme. No me hace más débil; solo es la realidad. Supongo que todas esas opiniones que no se piden, esos consejos vendo que para mí no tengo, y siluetas cada vez más difuminadas por la decepción, han hecho todo más difícil; un reto del que he aprendido más que incluso cuando la em se acuerda de que provocar síntomas es su gracia preferida.
¿Qué hacer ahora...? La verdad que si tuviera un mínimo de conocimiento del qué hacer y cómo —absténgase de contestar esos que creen conocer la verdad absoluta y tienen menos idea que yo—, no existirían tantas horas en blanco durante la noche ante la vuelta a la jornada laboral de 39horas con mis pacientes y... mi paciencia. Porque esta a vosotr@s también os abandona y no os aguantáis ni vosotr@s mismos, ¿no? ¡Venga no me dejéis mal! Que aquí estamos para compartir, nada de darle un fav para hacernos los interesantes y no decir nada... He de reconocer —parece que me estoy confesando—, que llevo unos post entre este y devocionmadridista que pilla hasta el apuntador, pero como decía mi abuela—que como todas nace con el carné de sabiduría innata—: « quien se pica, ajos come».
¿Conclusión? No descubriré nada nuevo, pero quien merece la pena se queda, más o menos cerca, pero lo hace. A quien suma hay que cuidarle y agradecérselo, al que solo resta —aunque ni se dé cuenta— bye bye.
Ni siquiera nuestros neurólogos saben los efectos que pueden tener en nuestra em afecciones o hábitos que no tienen evidencia científica (aún) como la alimentación, los microbios intestinales, la temperatura corporal...; todos esos aspectos que hacen de la em una dolencia tan divertida. Aunque no queráis reíros, me da igual si de ella o con ella aunque es mejor unirse en ocasiones al enemigo, hay que hacerlo. Nada —ni nadie, por supuesto— merece borrar vuestra sonrisa que es el tratamiento más efectivo.
Nota mental: queda pendiente un post del intestino y la alimentación; si os acordáis antes que yo... ¡¡recordármelo!!
¡Muy bueno el post! Totalmente cierto eso de los pseudoamigos o conocidos que te reclaman lo mal que puedes estar físicamente. ¡Me agotan! Eso me pasa mucho en el trabajo pero ya ni digo nada. Les dedico la mejor de mis sonrisas.
ResponderEliminarTampoco me avergüenzo de mis cosas, como yo les llamo. Es nuestra realidad, ni más ni menos. Y sí, Angie, hay que reírse porque estamos aqui. Hay que ser agradecida por qué las cosas resultar ser peor.
¡Chapeau con la entrada! 😘😘😘
¡Gracias, princesa! Reír es la solución a casi todo; sonreír la segunda opción; desahogarse, nuestra gran arma para seguir adelante tras los portazos.
ResponderEliminarMuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak
Touché princesa! jajajajajaj el que se pica..., ajos come y... creo que aquí, todos sabemos de lo que hablas! Es triste a veces pero... en ocasiones... por naturaleza o "a palos" pero aprendemos que en la vida... es mejor alejar lo tóxico porque... no hay nada más pesado que una losa que te hace llorar o te hace estar siempre de mal humor!!! Así que... como bien dices siempre... Hay que dar más portazos en la vida!
ResponderEliminarTenemos que luchar por aquello que nos hace sacar siempre una sonrisa!!!!
Desde luego demasiado tenemos con nuestra amiga como para seguir manteniendo vivos factores externos; creíamos en ellos, pero hay que ahorrar energía para lo que de verdad nos ayuda. Como dices, todo lo tóxico que esté en nuestras manos para dejar atrás... ahí debe dejarse.
ResponderEliminarGracias, amore.
Da gusto leerte,diana al canto��
ResponderEliminarGraciaaaaas; es lo que busco, que os sintáis identificados y os distanciéis del... « eso es muy raro a mí no me pasa».
EliminarMuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak
Vaya parece que leo mi propio reflejo de los últimos tiempos. Brotes, picos, dolor...incomprensión y aquellos que te regalan la oreja por intereses. O aquellos que huyen ¿por qué quien quiere a alguien como nosotras a su lado? Te guiño el ojo que tú ya me entiendes. Suerte que se quedan como dices quiénes saben ver nuestro corazón, nuestro amor a pesar del dolor, los que ven la belleza del alma. Y a nosotras eso nos basta, una mano amiga que no diga ni "mu" pero que encojan los dedos en tu mal momento. Bye a aquellos que solo buscaron un rato de complacencia y de ego para olvidar que somos mujeres de sentimiento.
ResponderEliminarPD. Angie si a veces no te leo es porque voy colapsada, saturada, con mis brotes. ¡Vale! no tiene jusitificación, pero debo calmar mi conciencia. Nunca olvido que tú fuiste una de mis primeras amigas en este mundo de virtualidad. Junto a "otro/s" que decidieron apearse de mi estación. Aquí estoy para lo que me necesite. Un beso.
Lo sé, princesa, ambas tenemos mucho encima y demasiado hacemos.
EliminarComo bien dices somos mujeres de sentimiento, de darlo todo con los daños colaterales que eso supone. Seguimos aprendiendo a distanciarnos de lo tóxico, todo aquello que no es ya solo prescindible, sino que además hace daño.
Tú y yo nos encontramos para compartir nuestras experiencias, sabes que aquí estoy con mi mano siempre tendida. ;p
Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak
Eyy! Triste pero hay much@s con cuarto de neurona.cuarto y cuarto que no se conectan entre sí, jajaja. Menos mal que en este mundo cibernético conozco a gente como tu porque lo que es en mi mundo 'real', chunga está la cosa. Y si, afecta y mucho pero aún así,y mentiria como una bellaca si dijera que no me afecta ni me hace calentarme la cabeza cada vez más, pero ufff! Lo que ayuda una sonrisa en la cara!
ResponderEliminarMe ha encantado el post! Ya sabes que me encanta como escribes ;)
Este mundo .3.0 en el que nos movemos sin tanta dificultad como en el real, hace posible que podamos alejar esas neuronas que no llegaron a crecer lo suficiente, aunque sea durante un rato. Así que tú y yo seguiremos sonriendo, convirtieno cada sonrisa en nuesra mejor arma.
ResponderEliminar¡Gracias, princesa!
Todos los días encuentras a esas personas encantadoras entre comillas, que dicen, no se que te quejas yo te veo muy buena bien, o esa que saliste con alegría, y tienen la habilidad de romper tu día
ResponderEliminarPero somos de carne, pero parece que somos de hierro
Animo