Moviéndonos...


Sol abrasador. Aire acondicionado que deja helada mi factura de luz. Dinero, dinero y más dinero. Todo se reduce a eso: dinero. ¿Desde cuándo la salud se reduce a dinero? ¿Acaso no todo se reduce a eso? Pues creo que lo más importante no. La actitud da mil vueltas al dinero si sabemos utilizarla. Y la sonrisa... ¿tiene precio? No lo creo, pero sí un valor incalculable.
Nos dejamos llevar por las quejas, los imperativos que no sé muy quién puso y sin pensarlo dejamos que nos lleve la corriente, nos meza y dejamos que todo fluya por comodidad; sin saber que esa comodidad se pueda transformar en penurias que no podíamos ni imaginar hasta que un día, de repente, sin saber cómo, nos preguntamos en qué momento todo cambió. Todo se transformó en una película sino de terror... muy incómoda alejada de lo que deseábamos de pequeñas cuando pensábamos qué nos depararía el futuro. Pedimos ayuda, intentamos encontrarnos a nosotros mismos olvidando —más bien dejado atrás— lo qué hemos pasado, cuánto hemos sufrido y quiénes se quedaron en el camino.
Psicólogos, conocidos que algún momento creímos amigos y ahora son solo consejos vendo que para mí no tengo y nosotros. Nosotros. Pensábamos saber quienes somos hasta que las fichas del domino caen; a veces todas a la vez otras, otras veces una detrás de otra.

De repente un día, por sustancias química, pareja, hijos o los que se quedaron a pesar de todo, descubrimos que podemos volver a sonreír. A reírnos de una situación que antes solo pasaba de largo. ¿Hacía cuánto? Ni lo recordamos pero la sensación nos gusta, nos recorre hasta llegar al corazón y descubrimos que podemos. Sí, quizá de una manera diferente a la de antes o a la del resto, pero podemos. PODEMOS y sin saber cómo avanzamos. Luchamos contra lo que nunca pensamos que pudimos y vaya si lo hacemos. Callamos bocas por el camino y no nos afectan —o lo hacen menos— los comentarios mientras ven cómo levantamos el vuelo. 
¿Futuro fácil? Ni de lejos.
¿Objetivos conseguidos? Quizá, ¡pero ese quizá tiene tan buen sabor! Nunca los intentos sentaron tan bien. Ese tira y afloja que no sabías si saldría bien y ahora, simplemente dejándolo apartado se transforma en una victoria. Lenta. Despacio. Observadora. Sonriente. Orgullosa.
No es que no opinen o se metan donde no les llamen, es que ya... da igual. Solo importas tú, tus decisiones, el cosquilleo que te recorre y la sonrisa que cada vez más le cuesta alejarse.

Solo pido una cosa: ser capaz de agradecer a quienes estuvieron que lo hicieran y no escogieran la tangente.
¡Sonreíd! No hay nada que sea gratis y siente tan bien.

4 comentarios:

  1. Por supuesto que siiiii guapísima! Orgullo de ser amiga tuya y por una caída tonta en un mal momento de mi vida... Encontrar a una bellísima persona como lo eres tú! Gracias pot estar ahí nena!

    ResponderEliminar
  2. Nunca sabemos qué habrá detrás de un tropiezo, quizá lo mejor que nos podía pasar :D

    ResponderEliminar
  3. Es buena señal que le des a la pluma👋
    Orgulloso de ser el Guadiana 😜
    Sigue adelante que somos muchos los que te queremos 🤗💪👋 Y leemos👀😉

    ResponderEliminar
  4. Sí, la em no va alejarme de lo que me gusta por más timpo ;D

    ResponderEliminar