Sorpresa

¿Qué no podemos creer...? ¿Nuestro destino, nuestro presente, tantas preguntas...?

Hoy me levanté preguntona, abrí los ojos de repente, sin que sonara el despertador. Solo sonaban mis neuronas chocando unas con otras. Solo escuchaba la alerta interior de día de analítica, esas que tras cuatro días volvían a mi rutina de siempre.A la realidad pero con varios regalos en las bolsas que cubrían el sofá de casa. Menos mal que Víctor se encargaba de ellas y yo solo me preocupaba del bastón. Ese que esta mañana en especial me hacía falta, ese del que quería despegarme seis meses después y aún así nuestra atracción parecía eterna —quizá porque no había ningún papel de por medio— y de la que yo quería distanciarme todo lo que pudiera. Al infinito y más allá, como decían en mi infancia y no sé si ahora está relacionado con mi historia. Agradeceré que es verano y las dolencias suelen quedar en un segundo plano. Fue llegar y besar el santo, ese que pareció olvidarse de mí hace once años. ¿No habrías preferido una carta? Aunque escueta igual hubiera venido bien pero... ¿qué es de la vida si se convierte en predecible? Yo no hubiera querido saber lo que iba a pasarme en este 2017, no hubiera disfrutado tanto de las cosas buenas que me sucedieron en el 2016. ¿Buenas de verdad...? Quizá no tanto, pero echando la vista atrás sí lo parecen al menos. Ahora me enfrento a ser emprendedora, a nuevos proyectos que me alejan de mi vocación —pero que está guardada en un pedacito de mi corazón muy importante—. ¿Sexo?¿Atracción? Quizá quedaron atrás, pero como en un momento duro de este año, alguien me dijo que a pesar de todo lo ocurrido no había perdido la esencia, lo que de verdad importante y no entiende de bastones ni informes médicos.

        

Un carta, una advertencia, esa es la cuestión, pero entonces... ¿qué nos haría crecer y madurar? Problemas que desde mi perspectiva actual no lo son, yo empecé a crecer —se entiende que no físicamente, por si alguno se lo pregunta— y madurar poco después del 2 de enero y ya estamos a 24 de julio. 

Proyectos, ilusiones, sonrisas, que aunque tímidos todos ellos comienzan a aparecer porque la em, no puede con ninguno de nosotros.