Hablando en plata.

Hablando en plata pero no soñando en oro. Ojalá pudieran ir unidos... sería tan rica como Amancio Ortega, pero aún así, con necesidades de todo tipo. Pero mejor ¿empezamos por el principio?

Ya deberíamos saber, sino gran parte, bastante acerca de la em (esclerosis múltiple). Hay muchos síntomas, muchos tratamientos (hasta ahora ninguno definitivo) de los cuales muchos tratan la depresión y fatiga. Ambos que te hacen sentir octogenario aún sin llegar a los 30 —o pasados  como en mi caso— pero, ¿alguien se ha planteado de manera seria o médica si preferís, el efecto del sexo o la falta del mismo en la persona afectada? Sí, creo que no hay mejor antidepresivo, mejor manera de tener un sueño reparador tan importante para los neuroatípicos como nosotros, que el sexo. La copulación. La fusión. La unión física o como prefiráis llamarlo. Sí. Fuera tabús, porque contestarme a una pregunta: ¿para qué sirven? ¿Quién se creyó lo suficiente importante para definir sobre un papel o sobre uno de zafiro qué es lo que de verdad importa y lo que no, o no tanto... Seamos realistas, las cigüeñas quedaron en su hábitat hace muchos años ya. Entonces, ¿por qué la vergüenza acerca de hablar del tema? ¿Por qué agachamos la cabeza (algunos, por suerte yo ya no)? ¿Por qué la educación bienquedista se impone ante todo lo demás?

Demasiados años sujeta a eso de no se puede hacer, eso no está bien visto, él o ella está por encima de ti, si no tienes una carrera (importante claro, la fisioterapia no debía merecer la pena cuando estudié), tal y como vistes no impondrás lo que quieres decir... Inciso: ¿quién demonios marcó las reglas? La respuesta siempre ha sido así no me sirve, ¿quién está por encima de mí mientras no se hable de posición social (y aún así)?, ¿y que ropa decide el peso de tu opinión? Pues con el sexo ocurre lo mismo. Quizá sea por mis libros eróticos, mis blogs, mis relatos.... Pero el sexo, influye y mucho, en el curso de una enfermedad, quizá no por el hecho en sí, sino por sentir que tu enfermedad llega más lejos de lo que la mayoría de los médicos están dispuesto a reflejar durante el diagnóstico o su evolución. Problemas sensitivos, sí, problemas de verticalidad, de humedad, o incluso de sentirse sexy no está en las indicaciones de muchos de esos medicamentos que se prescriben. 

¿Solución? Quizá una de las más complicadas. Hablar. Hablar. Y hablar. En alto o en bajito, con un profesional o un amigo, con alguien que te lea o alguien que esté dispuesto a escuchar y dar su opinión. ¿Alguien se apunta? Lo imaginaba... 
Se puede hablar en plata, pero con una baño de plata puede ser suficiente... Todo es comenzar. 
¿Empezamos...?



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