Magia sin trucos

 Take me away donde la magia no tiene trucos, no al menos de los que hay que descubrir para entender ni disfrutar.
Take me away al abismo es verde, porque... si voy que caer, mejor en un entorno de esperanza.


 En el blanco se puede reescribir, dejar la esperanza sobre el lienzo, pero ¿qué mejor que hacer lo mismo en un color de esperanza? Porque al fin y al cabo, ésta es lo último que se pierde. Otra cosa quizá no, pero esperanza... de eso sabemos un rato. Cada uno con sus circunstancias, cada uno desde su anonimato, porque quizá éste es el más gratificante. Solo para nosotros, tanto lo malo como lo bueno. No hay nada mejor que conocer algo que sabes que los demás desconocen. Quizá no importa el por qué, pero lo desconocen y piensan que no.
Reírse sin que nadie sepa la razón es algo muy gratificante. Malvado quizá, pero gratificante como pocas pastillas pueden conseguir.

Mientras otros desconocen el peso de la fama, otros, vivimos en la realidad más mundana sin vender solo lo bueno, porque no solo las enfermedades, sino también la vida, tienen picos que convierten el trayecto en una montaña rusa, con un ticket quizá más caro de lo normal pero... ¿Por qué no disfrutar del viaje? Si solo se vende lo bueno, ¿qué realidad es esa? Por eso la mejor magia es la que no tiene trucos y nos lleva a un abismo verde donde sumergirnos en la esperanza. Siempre la esperanza. Ésta no tiene fama o pseudo fama, tiene un color verde a veces más intenso, en otras ocasiones más apagado. Pero siempre verde.

Entonces qué, ¿nos apuntamos al verde?

Cada uno en la tonalidad que prefiera, la vida son los diferentes tonos que le dé cada uno, pero al fin y al cabo los suyos sin que nadie más tenga que saberlo; echar marcha atrás luego no es tan fácil...