Viceversa...(siempre entre risas)

"Tu piel morena sobre la arena, cuando te miro me pongo contento..."

Qué recuerdos, ¿eh? Cuando los veranos aún pareciendo infinitos se iban en un abrir y cerrar de ojos (suspiro bien largo), pero ¿y ahora qué? Mientras asiento con la cabeza, pienso en esos veranos, las broncas de mi madre cuando llegaba al coche con media playa encima, el pelo enredado como si la arena no quisiera abandonarme y mi corazón... ¡ay que poco sabía este! Que poco sabía de todo, de la vida, del futuro, de las expectativas, de los cambios, ¿de qué sí sabía? Quizá habría que empezar por ahí...

No de los momentos en que tu cabeza vibra con cientos(o miles) de ideas pero tu cuerpo comienza a desternillarse mientras no es capaz de mover un ápice para ponerlos en marcha. Solo puedes asentir con la cabeza, ¡Dios te libre de querer mover hasta tus cuerdas vocales! Y sí, así empiezan muchos días. Y también se desarrollan, aunque por suerte a día de hoy no sean todos. A lo que mi cabecita se pregunta, si no hay momentos ni experiencias negativas... ¿cómo podría haber buenas? Sí, eso del yin yang, oscuro-brillante, mierda y cojonudo (perdón por la expresión)... Esos mareos que desconoces si son por las molestias en el cuello o toda la mierda (de nuevo perdón) que te cayó encima. Al fin y al cabo, ¿qué más da? Ya lo tienes, el mareo, la mierda, o todo junto y si lloramos o nos desquiciamos, todo no hace sino aumentar.

Y, ¿qué hacemos? ¿Llorar? Para un rato nos vale, pero pensad en los ojos rojos, el  dolor de cabeza... A veces sí, pero solo a veces, aunque sea necesario. ¿Cultivar empatía? Si bien me parece un buen plan, también es difícil filtrar con quién sí y con quién no. ¿Querernos a nosotros mismos con nuestras mierdas? Ahora igual no pido perdón, porque es una realidad como un castillo. Que es difícil, sí, que hay que encontrar el momento adecuado (con paciencia al 100% de su reserva), también. Pero lo que no suele ser de recibo es dejar pasar los días, los pedacitos de la vida, sin ser disfrutados. Quizá cuando nos demos cuenta ya es tarde. Encontrar el balance perfecto entre los llantos, los berridos, lo bueno y las experiencias en general, es difícil, pero merece mucho la pena. El viaje mientras se descubre lo que nunca te enseñaron por muchas razones, que no voy a escribir porque me quedo sin páginas virtuales. 

¿Conclusión? VIVE (haciendo daño a las menores personas imposibles, pero siempre dejaremos cadáveres en el armario). VIVE (sin darle excesivas vueltas a las cosas porque ¿quién sabe lo que es bueno para ti?). VIVE (preguntándote lo menos posible). VIVE (dando portazos que cuando más retumben mejor te sientes). VIVE, VIVE, VIVE. PORQUE ES TRISTE QUE SOLO TE LO CUENTEN....

Ala, ya está mi pedacito de sabiduría extendida a través de un medio que se introduce en muchas (casi infinitas) casas... 

Venga, a ponerlo en marcha.