¿Hablas mi idioma...?

Gracias, gracias, gracias..., no a quien solo parezca estar, sino al que lo intente.

Hablarlo no es fácil, menos entenderlo, solo nosotros lo sabemos, pero incluso sin clichés, con el vacío que nos hacen otros compañer@s aún sin saberlo (¿por qué pensar mal sino no es necesario ni positivo?)... Somos una familia.

Pues hoy, hablaremos de este nombre femenino que muestra gratitud. De la misma manera que no quiero dejar de mostrar la mía a quienes la merecen, tampoco quiero hacerlo a quienes no la merecen.

Sanitarios, escleroamigos que con el tiempo dejan de tener el esclero- delante, para convertirse solo en una cualidad más como alt@, mujer, hombre, conocido en persona, en el mundo 3.0 que ahora ya es sin duda 4.0. o simplemente lector de mis letras y pensamientos plasmados en mi blog o en mi último libro #TalVezUnQuizáBaste.

¿Tenéis en mente ya a  alguien que cumpla alguno de estos requisitos...? Yo unos cuantos. Si no me lo preguntáis ya lo contesto yo aún así.

Pero por desgracia (o no), también tengo a gente que se posiciona cada vez más lejos. Que no es que no sepa quitarle hierro al asunto, es que lo hunde todo bajo toneladas del mismo. 

Ayer leía una frase de alguien famoso del que no recuerdo el nombre, ¡vaya obviedad!, que decía que los soñadores mueren antes pero viven más. Y a mí me dio por soñar porque es gratis, provoca sonrisas sin esfuerzo y si se vive más... ¡pues al lío! Y así soñando soñando (no triunfé patinando como en la película), pero quizá si convirtiéndome en una de esas escritoras que ve su libro mientras compra en unos grandes almacenes, se ríe de lo mal que salió en la foto de la contraportada, pero se sentía más cerca de acercar sus sentimientos a otros y poder ayduarlos incluso en la distancia. Bonito, ¿eh? Pues continué porque no había razón para no hacerlo. Continué porque la vida es una continuación de días, experiencias, preguntas con o son respuesta, paciencia y logros que no siempre vemos como tal. así que continué y continué hasta que algo, que tampoco recuerdo, me interrumpió en mi ensoñación.

Sin darme cuenta, una sonrisa se dibujó en mi cara e hizo que fuera más guapa aún (porque lo soy, no diré lo contrario :D) y el día pareció cambiar. Sí, ayudó que entrara por la ventana ese olor a lluvia próxima, a agua que cae del cielo como purificación que se lleva todo lo malo hecho en el pasado, que se desliza hasta desaparecer, en parte, por la alcantarilla más cercana. Y sí, digo en parte porque hay ciertos recuerdos que es mejor no olvidar para no caer en ellos otra vez. Al menos de manera consciente. No le echemos la culpa de todo a nuestra memoria privilegiada. Pero ayudó, vaya que si ayudó sonreír. Os recomiendo que lo probéis...

Siguiendo con frases que me parecieron célebres ayer (igual lo célebre fue mi día..., ahí lo dejo), también me llegó a la patata que No hay árbol que el viento no haya sacudido y me gustó pensar que toda mi comunidad de #neuroatípicos como me gusta llamarnos, somos árboles con  raíces profundas aunque a veces olvidemos hasta dónde pueden llegar y cómo regarlas.  

¿Queréis ser ese árbol..? Yo sí. de nuevo me contesto a mí misma.

¿Cómo terminar sin dar las gracias a quienes siempre han estado, no han preguntado obviedades y simplemente han permanecido?

Aquí, mi pequeño homenaje...

@soriano_p

@psanchlo

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Y dentro de mi mundo futbolístico...

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¡Ah! Y el orden  de los factores no altera el producto...