¡Por mí, y por todos mis compañeros!

Y sí.
Por mí.
Por todos mis compañeros, en mi última escapada (quizá por no haber tenido vacaciones escapando de la #em), se nos ocurrió a mi pareja y a mí mencionar todos aquellos sitios, hoteles, restaurantes, que fueran accesibles, fáciles, útiles y ayudaran a escapar de nuestra compañera. así que en breve, habrá nueva sección en el blog.

¿Se os ocurre algún nombre divertido que explique el contenido sin mentar a la #em? Estoy abierta, como flor en primavera,a todo tipo de ingenio. Con placas, sin ellas o con infinitas posibilidades de regenerarse.

Talleres de encuentro, encuentros en 3D o a través de pantallas, pero encuentros al fin y al cabo. Posibilidades nerviosas en auge y sin complejos (buen eslogan este...), porque las sonrisas no aumentan la inflamación, más bien son antiinflamatorias.

Con risas y sin receta.

Con risas y (casi)sin agujetas.

Con risa y dopamina (que siempre tiene que estar presente).

¿Que la dopamina no viene a nosotros? Pues que nuestra consciencia la busque de manera voluntaria. Aunque también se acepta que lo haga en sueños.

¿Que nos ponen límites? Pues los tiramos abajo. Muletas, bastones..., todo se acepta.

¿Que hay que enfrentarse a todo? Pues, ¡oye! De los enfrentamientos vienen nuestros más ocultos pensamientos. Esos que ni siquiera sabíamos que estaban ahí. Esos que... aparecen y no hay que darle más vueltas. Cuantas más vueltas, más mareos y estos, muchas veces ya vienen de serie. Así que, ánimo y al toro.

Pitones(por el toro, me refiero), placas, máquinas de tortura... nada que no podamos superar. Y si es con una sonrisa, la dopamina nos envuelve y ensalza el ¡por mí y por todos mis compañeros! Sin nuestros compañeros no somos tan fuertes, sin los desaires no nos plantamos y sacamos toda nuestra ira residual, esa que no siempre se queda en el tubo de resonancias. Esa, que muchas veces sobra y pocas, ayuda.

Esa.

Así que... ¿nos dopaminamos? 

Y para contagiaros mis ganas... un abrazo grupal ¡¡¡¡¡enoooooorme!!!!!!