Más, siEMpre más.



¿Por qué no pedirnos más, siEMpre más? Pero no solo por sufrir em, sino con cualquier enfermedad, siempre debemos pedirnos más. Sin presión ni agobios, solo como objetivo. ¿Lo probamos? Os explico cómo lo que tengo en mente...

Como bien nos dicen siempre nuestros compañeros de #FFPaciente, no somos pacientes sino personas. ¿Por qué no actuar como lo haríamos si no tuviéramos una peculiar amiga de viaje? Como personas desde el otro lado. Es difícil, lo sé, pero nadie mejor que nosotros para saber lo que supone la empatía y la necesidad de la misma en cualquier situación; hasta en una cola de una caja de supermercado.Nunca sabemos qué hay dentro de cada persona con la que nos cruzamos por la calle, en el trabajo, de camino a una cita... o de camino a la vida. Porque ese es nuestro gran plan; la vida. Y a veces de tanto organizarlo lo complicamos todo aún más.

No creo que un daño físico no vaya unido a uno psicológico... ¿cómo se va a encontrar todo bien en nuestra cabeza si nuestro cuerpo no la hace caso? ¿Cómo vamos a dejar a un lado nuestra cronicidad si en nuestra cabeza se unen a una depresión, un agobio constante o unas preguntas perseverantes cada día y a cada momento? Y así, el bucle nos lleva a una situación que nunca pensábamos que nos pudiera pasar. Una, que vista desde fuera y sin la empatía suficiente, es planteada como incomprensible... ¡Pues ya no! Para bien o para mal, en alguna u otra medida, todos pasamos por malos momentos, otros no tan tanto, y las circunstancias nos llevan por un camino u otro. Incluso a veces, un buen entorno tampoco te asegura no perderte en tu cabeza y el lugar peligroso que esta puede llegar a ser.

En primera persona, sí, sufrí una depresión que superé gracias a medicación, lágrimas con mi psicóloga y apoyo sin condiciones por parte de mi pareja. ¡¿Cómo juzgar las razones que pueda tener cada uno para no dejarse llevar por el camino incorrecto?!
Hablar, comunicar, compartir sin vergüenza ni clichés, ni estereotipos de la vida perfecta. Porque la perfección no existe, sí unos momentos maravillosos mezclados con otros que no lo son tanto, pero... ¿por qué darles más importancia a los negativos? La positividad igual no curará, pero ayuda a mantener a raya a los demonios guardados en el armario de cada uno.

Así que al lío. Ganas, fuerza y fuera vergüenza... para caminar hace falta reconocer el camino. Reconozcamos el nuestro.










2 comentarios:

  1. No pieses ni por equivocacion, qu soy fria, insensible, que no me importa nada, nooooooo, es justo lo conrtrario, pero mi, YO, no me permite, mirar tras, depresion, o #pobrecitaquepena
    Doy gracias a mi YO, no permitirlo, no finjo, no soy resignada, y se vive mejor
    un abfrazo infinito

    ResponderEliminar
  2. Desde luego. De acuerdo al 100%, princesa.

    ResponderEliminar