Visible invisibilidad #DíaEM








¿Hasta qué punto hacemos, o no, uso de nuestra invisibilidad? ¿Cuándo salimos a la calle hacemos uso de la franja horaria para mayores de 70 años y dependientes ...? ¿O el de deporte aunque haya días que no podemos levantarnos de la cama? ¿O incluso a nivel laboral es mejor o peor la invisibilidad?
Al igual que cada enfermedad es un mundo aunque se llame igual, cada invisibilidad también es otro mundo aparte.

Cada uno conoce sus circunstancias sean más visibles o no, en mi caso el bastón es visible, no así el daño cognitivo. ¿Conclusión? Cada uno puede decidir (en parte) qué quiere hacer visible ante los demás, y en especial el cómo. Mucha gente se reía, y aún lo hacen, cuando digo que tengo daño cognitivo...

1.- No saben qué es en realidad.
2.- Desconocen su efecto en mi día a día.

Y así podría seguir un número tras otro, ¡pero qué aburrimiento! Ya lo es mi vida, como para complicar más la vuestra. Se reconozca o no, se ve cada enfermedad en función de quién la sufre. Por mi parte no estoy sufriendo mucho el confinamiento; confío al 100% en mi neuróloga y sigo sus recomendaciones al pie de la letra, más cuando me tiré a la piscina saliendo a la calle y vi cómo se llevaba la mascarilla en el cuello, o sin tapar la nariz o retirándola metiendo el dedo por debajo, o utilizando la franja horaria que mejor les parace con eso de que voy a conprar algo.

Bah, lo mejor es ser responsable cada uno consigo mismo, escucha activa, tomar perspectiva y entender emociones supone el duelo de la empatía como dice @1sufridoramas en su blog dolorlumbaryaclaudicacinneurogena.wordpress.com . Y así los que llevamos años haciendo uso de la empatía a nivel laboral y personal, igual no sufrimos tanto viendo como se diluye esta por el retrete a muchos niveles. El caso, es que este confnamiento puede servir para más cosas de las que imaginamos, no como nos gustaría, pero sí para encontrar diferentes caminos que antes ni se nos pasaban por la cabeza. Así que a sonreír, que aún con mascarilla el cuerpo lo agradece, y en nuestros ojos cada día se podrá ver más la sonrisa. Esa que no se puede ocultar, ni por una enfermedad ni por los problemas que cada uno tiene, se les pueda poner un nombre o no.

¿Os apuntáis? Es divertido caminar intentando descubrir sonrisas ajenas que no se pueden ver, pero sí sentir si observamos con algo más que los ojos. El corazón es capaz de ver mucho más allá de lo visual.
Y así, el día de la EM sirve para dar a conocer que no todo el que parece tener algo no es todo lo que tiene y quien no parece tener nada, tiene más de lo que parece...

La vida tiene muchas maneras, y no fáciles, de enseñarnos a cada uno nuestro camino. Solo de nosotros depende elegir qué camino tomamos y cómo lo hacemos.

















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