Pelillos a la mar


 
¿Os acordáis? Sí, a mí esta foto me provoca sensaciones agridulces. En verano parece dolerme más, y no me preguntéis por qué, el ir con bastón. El no poder saltar, correr, y no digamos ya disfrutar del buen tiempo y tirarme al césped de algún parque. No ese tiempo de cuarenta grados, que no sienta bien a nadie, sino la llegada de esa fatiga agotadora.
Pero... ¿qué hacemos los neuroatípicos?


Casi todos conocemos ya los consejos de neurólogos y médicos varios, acerca de hidratarse, llevar gorra, no salir a las horas más calurosas del día... blablabla... Todo cierto y necesario. Pero ¿y la sensación de perder días de verano como los de antaño? Sí, ya sé, parezco una abuela cebolleta, pero es que mis veranos en un pueblo de Málaga dieron para mucho y ¡¡gracias a Dios!! Los disfruté muchísimo, lo cual viene fenomenal porque como se dice qué te quiten lo bailaó, pero cómo duele ahora no poder acercarse si quiera a esos bailes de juventud. ¿Que siempre se puede hacer más? Estamos de acuerdo, no son los años —que también—, sino el vivir acompañados siempre de una enfermedad degenerativa, que parece alejarte de lo que se vende como unas buenas vacaciones cuando las nuestras siempre van de la mano de dolores, cansancio y todo lo negativo que se os pueda ocurrir.

¡¡¡Pero nada de lamentaciones!!! No estamos aquí para eso, y con ese aquí me refiero a este blog, a este post, y hasta a esta estación del año. La duda mata, eso lo tengo más que claro, pero los recuerdos en ocasiones también. Pueden ser como esa canción que tuvo su momento cumbre en un instante de nuestra vida, en el que éramos conscientes de que no habría repetición posible; un beso, un libro, una foto, un trabajo... un verano. En mi caso, el 95% de esos momentos eran con buen tiempo, fuera cual fuera la época. Con sonrisas. Con gente que no contemplé el no tenerlas cerca siempre, pero ¡ay! Cómo cambia la vida, que nos lo digan a nosotros, ¿no? Pero nada de centrarse en problemas, porque si los hay es porque alguna vez fuimos capaces de vivir grandes momentos. Yo incluso viví algunos con nuestra amiga la #em o cualquier enfermedad crónica, degenerativa y petarda.

Nada de comparar los veranos de juventud con los de los abuelos sentados en la puerta de casa viendo pasar a la gente. Ahora tenemos netflix, internet, móviles de muchas Ges (ahora lo máximo es 5G, no?), infinidad de libros, amigos virtuales, y al fin y al cabo oportunidades. ¿Que hay momentos que no nos apetece nada? Gritamos, que no podemos... nos encerramos con cascos puestos en la música y si hay que llorar... pues sano y necesario es de vez en cuando hacerlo.

Ya me diréis vuestra elección!!!

3 comentarios:

  1. Mi elección es VIVIR, cómo sea adaptandonos modificando lo que sea necesario pero aprovechar que estamos

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  2. Efectivamente esa foto me hace recordar el modo de entrar a la playa que tenía antes y que ahora ya no sea así pero bueno nos hablamos haz lo que nos venga y qué bien lo hacemos no todo el mundo sería capaz de hacerlo

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  3. Descubrimos muchas cosas que podemos hacer al no poder hacer otras!! Y qué no falten los recuerdos!

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