Silencio

 


Shhhhhhhh

Silencio

Shhhhhhhh

No incomodemos

¡Venga! Ya podemos dejar de subir la ceja, poner los ojos en blanco y fruncir el ceño... Pero es cierto, ¡¿eh?! Yo lo hice durante bastantes años, desde pequeñaja hasta hace bien poco, si es que de verdad ya lo he integrado en mi día a día (aunque no pueda decir nada por las 5vacunas que aún tengo pendientes, porque ¡oye! Tengo buena cara). Hay un diagnóstico (conocido por familiares, vecinos y gente de la calle) que exime de cualquier problema si tienes buena cara, porque dormir bien aunque sean con pastillas e infusiones varias, no cuenta. Si se duerme bien no hay enfermedades que valgan. Si te esfuerzas en llevar un horario saludable, no hay enfermedades que valgan, y si consigues trabajar (con el sudor de tu frente) el equilibrio, patrón de marcha, compensaciones varias y comida hiper saludable que tampoco es que te emocione, no hay enfermedad que valga... Porque ¿qué es una enfermedad si no se refleja en la cara un estado depresivo y ojerosos?

Jajajajaja, me río yo sola por el párrafo anterior casi un mes después de haberlo escrito, porque vaya rachita que llevo... Pero con con buena cara que es lo que cuenta y por supuesto en silencio. Recordad, shhhhhhh y buena cara nos hacen personas saludables, ¿no es eso lo que buscamos? Será por la época de cambios que estoy viviendo, la bilis que se me altera de todo lo que me callo por no molestar o id a saber qué, pero como explote todos y cada uno de vosotros vais a recibir un pedacito mío; tened las ventanas abiertas por si llego, no me gustaría acabar estampada en un cristal. Sería una mancha preciosa, pero no me apetece la verdad. Sé que hace frío para tener las ventanas abiertas, pero ya entraríamos en calor después con unas risas 😀

Volviendo a lo que nos ocupa, no soy quién para decir lo que hay que hacer y menos cómo hacerlo, pero nuestro cuerpo se fatiga de manera que no podemos imaginar solo con los silencios, que son los diálogos más dolorosos. Ya sé que si callas llega el «¿y por qué no dijiste nada antes?» y si decides hablar escuchamos el «siempre quejándote». Menudo círculo vicioso en el que estamos sin una mísera Biodramina, pero entre nosotros y sin que nadie más lo sepa, somos más fuerte que todo eso. Nos caemos y volvemos a levantarnos, y así continuamente, sin descanso... porque eso es para blandengues, entiéndase la ironía. No estamos hechos de pieles finas, solo de una diferente, con un maravilloso filtro. Lo que suma se queda, lo que resta abandona nuestras vidas... Como la evolución desde que llegó el hombre a la Tierra, lo nuestro también es la Ley del más fuerte, sin cavernas ni hogueras (menos mal), pero llega un momento en el que hay que saber qué dejar atrás para poder avanzar... ¡Y vaya si avanzamos!

Ya sabéis: avanzar y dejar atrás lo que nos frena, avanzar y dejar atrás lo que nos frena, así como mantra cada vez que nos quieren en silencio y con una sonrisa. ¿Lo intentamos? Pues al lío 😎😎😎







2 comentarios:

  1. Eso es Angie me encanta avanzar y dejar atrás en lo que nos frena

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  2. Exacto... Básico, pero a veces cuesta la vida por no quedar mal, por lo que sentimos por quien debemos dejar atrás... Vamos, la vida 🤷🏻‍♀️

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