Esfuerzo invisible




 

¡Qué fácil sería si con abrir un libro la luz nos inundara! Para algunos sí nos ayuda, pero incluso para nosotros —tanto escribiendo como leyendo— no nos cubre el tiempo suficiente para todas las horas que tiene el día. Pero como de costumbre, vamos por partes y lo organizamos todo mejor.


Muchos, especialmente los que tenéis redes (y cuando hablo de redes me centro en twitter y algo de IG— ya habréis visto algunas de mis fotos en Florencia. "Qué suertuda haber viajado a Italia", "ha podido pagar un viaje así", "yo no podría hacerlo"... Y así todas y cada una de las cosas que seguro pasaron por la cabeza de muchos. Sí, sé que algunos me dirán y dijeron "yo no podría por ....... (rellenar los puntos suspensivos por lo primero que se os ocurra)". Y sí, puede ser suerte si esta se traduce en todo el tiempo que trabajando solo ahorraba como una hormiguita poniendo por delante de todo el poder viajar algún día. Suerte puede ser por viajar con mi silla de ruedas y dejarla de lado solo cuando esta iba a la bodega del avión. ¿Momentos negativos? Pues claro, igual que cuando estoy en Madrid o vamos al pueblo de Extremadura donde mi suegro tenía (y digo tenía porque en paz descanse), todos los viajes tienen sus momentos negativos, como tardar doce horas en el viaje de vuelta a casa. Y de nuevo sé lo que pensáis, "bueno, pero el resto de días los disfrutaste", "ya me hubiera gustado a mí", pero ¡oye! Cuando a esa gente algo no les sale como esperaban bien se regodean y lamen sus heridas. Pero las ajenas..., nah, esas no importan y sí lo bueno.

Me sigo reafirmando que los pacientes son los peores enemigos en nuestros malos momentos, como la gente que no sabe quitar hierro aunque crean que sí, como todos aquellos que piensan que al tener una pareja comprensiva, todo es (más) fácil, como si las veinticuatro horas de aguante de un paciente con una enfermedad (sea cual sea) es sencillo. ¡¡Ay!! Qué engañada está la gente y aún así les gusta opinar bien alto.

Un viaje tan maravilloso como Italia (Florencia en este caso) supuso dejar atrás vergüenzas, excursiones que no podíamos pagar y hablar sin pelos en la lengua con la agencia de viajes especializada de todas las necesidades, que para mí no se pueden quedar atrás cuando quiero disfrutar de un viaje como el que viví. Darme cuenta de los miedos que en el fondo sé no van unidos a la enfermedad por muchas consultas con diferentes especialistas médicos, asumir fallos, actitudes negativas, esté en Florencia o en San Benito, si alguien de ahí me lee que no se me ofenda, por favor, es el primer ejemplo que  se les ocurrió a las neuronas despistadas que vagan por mi cerebro. El caso, que ni nada es tan bonito como se ve por fuera, ni tan espantoso como alguna vez lo sentimos los pacientes.

Como este blog, que solo lo leen cuando el título parece gracioso o se ven en la obligación. ¡Menuda obligación!, que aunque no se vea, mis labios dibujan una sonrisa traviesa. Obligaciones en el trabajo, las sesiones de fisioterapia o cualquier consulta que tengamos. Que de estas, muchos tenemos para dar y tomar. Y vuelta la mula al trigo, cuando hay gente que siempre está, ya sea con comentarios más o menos acertados, y gente que no está, porque así es la vida. Con enfermedades o sin ellas, con dinero o sin él, con amigos o sin ellos... Yo escribo para olvidarme de lo que me rodea al pensarlo fríamente, porque en caliente me darían varios brotes seguidos, jajajajajajaja.

















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